Agua, alimentación y clima: Un llamado a la acción para el planeta

El agua es un recurso vital para la vida en la Tierra y su escasez cada vez es más preocupante; desde la contaminación de fuentes de agua dulce hasta los efectos del cambio climático son factores que están poniendo en peligro la disponibilidad de lagua para los seres vivos.

Pero, ¿en qué se relaciona el uso del agua y el desperdicio de alimentos?

Tal vez no encontremos una conexión entre estos dos temas, pero en realidad; están relacionados en un sistema que afecta directamente al clima y al medio ambiente. Pero para entenderlo de una forma más completa tenemos que aprender primero sobre la huella hídrica. Este término se refiere al volumen total de agua utilizado para producir los bienes y servicios consumidos por una persona, comunidad o Nación. Este concepto no solo implica el agua directamente consumida, sino también el agua necesaria para producir los alimentos, vestimenta, energía y otros productos que utilizamos en nuestra vida diaria.

Con este término desglosado podemos entonces interpretar que el desperdicio de alimentos tiene un impacto enorme en la huella hídrica global, ya que, no solo representa una oportunidad perdida para alimentar a las personas que sufren hambre en todo el mundo, sino que también repercute significativamente en el uso del agua y peor… en el cambio climático.

Este modelo circular genera un impacto negativo, ya que, en promedio se estima que 40 mil millones de metros cúbicos de agua son desechados por causa de la pérdida y desperdicio de alimento y cuando estos se desechan, también se está desaprovechando el agua utilizada en su producción, transporte y almacenamiento. Por lo tanto, reducir el desperdicio de alimentos no solo disminuiría la huella hídrica, sino que también ayudaría a mitigar el cambio climático.

Pero no todo está perdido, este nuevo reto medioambiental nos lleva a encontrar un proactivo abordaje de la interrelación, como por ejemplo: Buscar la implementación de prácticas agrícolas más sostenibles, el fomento de la producción local y el consumo responsable, así como la concienciación sobre la importancia de cuidar los recursos hídricos. Y justamente en este contexto, aliados como Zoé Water desempeñan un papel vital en la lucha para la conservación del agua, ellos se suman a esta causa promoviendo acciones sociales con su campaña “Less is more” dónde impulsan la concientización del consumo del plástico y del agua dando alternativas para reducirlo con acciones tan simples como el uso de un termo o con alianzas que al mismo tiempo con su colaboración, están aportando para la instalación de sistemas de captación de agua de lluvia en zonas en donde el recurso es escaso en colaboración con Isla Urbana con un sistema de captación, una familia obtiene una fuente de agua sustentable durante parte o hasta todo el año y han donado 4 sistemas de captación de agua a la comunidad de San Gregorio, Xochimilco.

Con este término desglosado podemos entonces interpretar que el desperdicio de alimentos tiene un impacto enorme en la huella hídrica global, ya que, no solo representa una oportunidad perdida para alimentar a las personas que sufren hambre en todo el mundo, sino que también repercute significativamente en el uso del agua y peor… en el cambio climático.

Todo esto y más demuestra que juntos podemos marcas la diferencia en la conservación y cuidado del agua. A través de acciones donde sigamos generando un impacto positivo en nuestro entorno y en las comunidades mexicanas.

¡El llamando a la acción debe ser parte de la interrelación!

Daniela Ocampo – Especialista de Comunicación Interna en la Red BAMX

Artículo en colaboración con Zoé Water

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